top of page

Prefacio al catálogo Mac 2000 - 1994

por Daniel Geslín

El espacio, soporte del juego, está domesticado: arena y seda. Hay que encontrar la medida. Un lienzo por sí solo no es suficiente. El tríptico dice demasiado. El dolor, cesura, se duplica. Entonces estos dípticos.

Estas masas son cuerpos.

Irresistiblemente tensos el uno contra el otro. Ardiendo para fundirse nuevamente en la fría fiebre de los azules, los marrones que tensan, prenden fuego, consumen.

Los planos de apoyo lo ocultan: estas combustiónes son solitarias.

Porque el crisol de estas carnes arde con un solo deseo.

Las vemos dobladas, estratos abiertos, hojas en abanico que ninguna mano mueve.

Sólo un surco de lava une los lienzos y marca el centro del lecho entre los cuerpos.

Nada, de la Noche, del Todo, nunca se revela plenamente y esta indefinición - hay desgarro.

En otros lugares, blancos sobre el lavado, las pieles se entrelazan en carbón, preocupado por Fragonard.

Como si –al fin y al cabo y por pudor– prevaleciera este único deseo: que el dibujo donde se posa la sombra, coloque allí las promesas de mañanas futuras.

©2025 por Etienne Buraud

bottom of page